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CONVOCATORIAS

CONVOCATORIAS

Martes 5 de noviembre
19,00 h.
Ateneo de Jerez
Encuentro literario hispano-marroquí. Lectura poética.
Poetas marroquíes:
Hassan Najmi, Mourad El Kadiri, Boudouik Benamar, Azrahai Aziz, Khalid Raissouni, Ahmed Lemsyeh, Jamal Ammache y Mohamed Arch.
Poetas gaditanos:
Josefa Parra, Dolors Alberola, Domingo F. Faílde, Mercedes Escolano, Blanca Flores y Yolanda Aldón.
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8 de agosto de 2012

Por sevillanas. María Dolores Almeyda, Lola Crespo, Carmen Herrera y Lorenzo Ortega leyeron en Jerez


La magia habitual de las veladas poéticas que vienen celebrándose en Damajuana,  se multiplicó anoche por cuatro, porque cuatro fueron los poetas que hicieron uso de la palabra para sembrar sus versos. María Dolores Almeyda, Lola Crespo, Carmen Herrera y Lorenzo Ortega vinieron desde Sevilla, de la capital y de sus aledaños, porque – como dijo Domingo F. Faílde en los prolegómenos- aquella ciudad pertenece a la categoría de las que se proyectan, a lomos de su historia y, sobre todo, de su cultura, más allá de las propias murallas que la ciñeron y, en este caso, más allá del Guadalquivir, que la lleva hasta América.
Cuatro poetas. Cuatro voces diferenciadas, nítidas, perfectamente perfiladas por el uso del lenguaje y por una visión del mundo, que converge en lo fundamental y sigue su camino en la experiencia individual del poeta. Cuatro voces, cuatro estilos, cuatro autores, que aportan, entre otras cosas, un cierto sentido transgresor a su expresión poética, por cuanto –eso es transgredir, en primera instancia- tratan siempre de ir más allá, dar un salto adelante, incluso sin red, y decir, desde luego, lo que piensan, arrimándole a veces un poco de espectáculo, cierto sentido lúdico, que nos recuerda que, en un principio fue la juglaría. A ellos se sumó Dolors Alberola, que puso también su nota de calor.
María Dolores Almeyda (Sotiel, Huelva, 1948), autora de los libros Versos clandestinos y Algunos van a morir, elevó la temperatura a máximos históricos al poner sobre la mesa una colección de poemas inéditos de contenido social, estéticamente arriesgados e ideológicamente comprometidos. La autora supo, hábilmente, situarse más allá de la anécdota y, sin prescindir de ella, dar entrada a elementos de gran calado poético, aprendida la lección de los grandes autores del género y evitando caer en el mero ocasionalismo.
Lola Crespo (Sevilla, 1971), autora de Gramática malva y Las palabras acostumbradas, basó en ellos su lectura, exhibiendo una poética que define, ante todo, el equilibrio, la armonía entre la indagación vanguardista de la forma y el respeto a la tradición literaria, sin que ello la intimide a la hora de elaborar sorprendentes imágenes y audaces juegos de lenguaje, permitiendo que el humor y su sentido lúdico alivien la gravedad de los temas tratados, creando una atmósfera mágica de gran atractivo.
En línea parecida, aunque siempre fiel a su propia voz, sorprende la poesía de Lorenzo Ortega (Sevilla, 1978), autor de un libro titulado Ante el minotauro, en el que despliega las claves de su poética, especialmente el sentido teatral del poema, que ha de ser escenario donde volcar las pasiones humanas y mostrarlas al público, lo que hace con un lenguaje sencillo, desenfadado y maneras incluso de cabaret, poniendo a la voz lírica en la piel de las distintas personas del verbo, con gran habilidad.
Carmen Herrera acaba de ver publicado Lámina animal, su primer libro de poesía, aunque no por ello pierde su probada veteranía, pues ya debutó en prosa con el cuento Piratas y quesitos y prodigó poemas en revistas, libros colectivos, performances y un largo etcétera. Ayer dejó constancia de su quehacer, con una poesía inteligente, culta, salpicada de conceptos e imágenes de profundo calado.
Por su parte, Dolors Alberola anticipó poemas de sus últimos libros, que saldrán a las librerías el próximo otoño.

Redacción.-